07/11/2012

Humitas

¡Ay, qué ricas las humitas!

En toda la zona andina de América se elaboran, el nombre viene del quechua humint'a o jumint'a y así se siguen llamando hoy en día, humitas o humintas (en Bolivia). Las humitas son una masa de maíz blanco tierno (choclo), cocida al vapor en su hoja. Algunas recetas llevan huevo y otras no, a veces la clara se monta a punto de nieve y a veces se añade tal cual, las hay con leche, con nata, con anisitos, con pasas, con el queso desmenuzado o entero, con azúcar, con sal...con lo que sea están buenas.

Normalmente se envuelven con la misma hoja o panca del choclo fresco, que le da un rico aroma a la humita, pero aquí me he tenido que conformar con unas hojas de maíz deshidratadas que encontré en el Mercado Maravillas, de la marca El Sarape a 4,50€ el paquete de 50 unidades, no están mal, pero algunas estaban un poco mohosas y las deseché por ese motivo.

Las dejé remojando en agua tibia desde el la noche anterior. Tampoco encontré choclo tierno por mi zona (en el Maravillas me consta que sí hay congelado, pero no compré cuando estuve y ya no iba a volver), así que lo he hecho con unos choclos tiernos no muy amarillos, que no dieron mal resultado al final y un poco de harina de maíz dulce P.A.N., pero si puedes encontrar choclo congelado, mejor que mejor.

Ingredientes

2 choclos
1 taza de nata
1 taza de leche
1 taza de harina de maíz dulce precocida P.A.N. (la de la funda roja)
150 gr. de queso fresco tipo latino (o mozzarella o Burgos)
100 gr. de mantequilla fundida
1 huevo batido
2 cucharadas de azúcar
1 pizca de sal
Pancas de choclo para envolver

Lo primero que se hace es desgranar el maíz, si fuera choclo de verdad, como los granos son más grandes, se puede hacer hasta con la mano, pero al ser este maíz un poco más pequeño y menos tierno, se hace con cuchillo.

Una vez está el maíz desgranado, se coloca en el vaso de la batidora y se bate con todos los demás ingredientes. Ahora es el momento de montar las humitas.


Las hojas se sacan del agua en el que han estado, se revisan y se secan, si hay alguna punta estropeada, se corta. De una de las hojas con moho hice las tiras para atar las humitas, así no desperdiciaba una de las hojas "buenas" para el atado. Se toman dos hojas (yo le puse dentro una de las pancas de los maíces tiernos para que le diera más sabor, pero se me terminaron enseguida), y se coloca una dentro de la otra.

Se llena de la masa, no se echa mucha masa porque se puede salir, mejor que queden pequeñas y compactas a que sean grandes y se desbaraten.

Se doblan por los lados y después los extremos se doblan, girándolos hacia atrás.
Una vez que ya se ha hecho un "paquetito", hay que amarrarlo con las tiras de hoja de maíz.
Cuando tengamos todas nuestras humitas envueltas y bien atadas, llega el momento de ponerlas a cocinar al vapor.

Para tal fin, existen unas ollas especiales, las "tamaleras", que constan de una olla que se llena de agua, con un tope sobre el que descansa una tapa con agujeros para que pase el vapor y finalmente una tapa de verdad para que no se escape nada del vapor y se hagan bien. Estas ollas también se encuentran en Madrid, pero si tu producción de humitas y tamales no es tanta, hay unos cestillos que venden en las ferreterías para cocinar verduras al vapor y que se encajan en cualquir cazuela que te podrían servir.

En este video se ve una muestra (ficticia, las humitas las pongo paradas) de cómo funciona la tamalera.

Cuando ya tenemos todas las humitas, las tapamos y dejamos que hierva de una a dos horas, dependiendo de cuánto se haya llenado la tamalera. Pasada una hora comprobé cómo andaba de agua, para que no se quedara seco el fondo de la tamalera (y se me quemara), y le añadí un poco de agua hirviendo de una tetera, con cuidado de no mojar las humitas (con un embudo, para que llegara al fondo sin mojar nada).
Cuando ya están, se sacan. Esta receta es fácil de hacer, solo hay que batir los ingredientes, lo más lioso es envolverlas, pero una vez que se coge el tranquillo, es sencillo. Y siempre puedes reclutar a alguien por casa para que te ayude (bajo amenazas, soborno, chantaje...).

A mí como me gustan, es tibias, pero si se quedan frías se pueden calentar o bien en el horno con la panca o bien en una sartén a fuego bajo con mantequilla.

Para desayunar con deliciosas.

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