20/06/2012

Pimientos rellenos de carne

Mi sobrino se va a quedar con mi gato proximamente mientras esté fuera y para hacerle la pelota y que no cambie de opinión en el último minuto o para que no se arrepienta cuando vea lo macarra que es el gato, le he hecho estos pimientos rellenos que congelan bien y puede irse comiendo cuando le apetezca... excepto los lunes sin carne. Cada vez voy eliminando más carne de mi dieta, después de leer a  Jonathan Safran Foer en enero, ya no he vuelto a probar el pollo, pero a veces, como en esta receta, no puedo sino sucumbir aunque no me lo vaya a comer yo!


  • Cuatro pimientos rojos cuadrados y carnosos.
  • Medio kilo de carne picada.
  • Un tomate rallado.
  • Dos cebollas hermosas picadas.
  • Tres dientes de ajo muy picados.
  • Una tacita de arroz ya cocido (que me había sobrado del día anterior).
  • Un trozo de pan frito (como dos rebanaditas).
  • Dos cucharadas de perejil picado.
  • Un huevo batido y harina para rebozar.
  • Sal al gusto.
  • Aceite.

Se rehoga en cuatro cucharadas de aceite una de las cebollas picadas con un ajo y al cuando se pone transparente se echa la carne picada y la sal y se fríe hasta que cambie de color la carne. No hace falta que se fría del todo porque luego en el horno se terminará de hacer.

Como tenía una tacita de arroz hervido del día anterior, en mi línea de aprovechamiento, cuando estaba la carne lista se lo agregué, pero si no tenéis no pasa nada, si fuera poco relleno podéis aprovechar alguna verdura que tengáis por casa como unos guisantes o maíz o un poco de zanahoria hervida o pimiento verde o coliflor o lo que sea. Cuando esté se deja tamplar.
Mientras tanto con una puntilla se corta la tapa de los pimientos con cuidado para poder rellenarlos y los vaciamos de todas las semillas y venas, lavándolos por dentro y por fuera. Se rellenan con la mezcla y se "cosen" con unos palillos con cuidado que no se rompan.





Después se rebozan por huevo batido y harina los pimientos, sólo por la parte de la tapa "cosidas" y se fríen en una sartén pequeña con suficiente aceite como para que cubra el rebozado. Ojo con el aceite caliente. Una vez fritos, los pimientos ya rellenos, se colocan (de pie o acostados) en la fuente donde se van a hornear y precalentamos el horno a 130º arriba y abajo y metemos los pimientos para que se vayan ablandando un rato mientras preparamos la salsa.

En esa misma sartén en la que hemos frito las tapas de los pimientos, dejando sólo unas dos o tres cucharadas de aceite limpio (sin restos de harina que se quema) se fríen las dos rebanadas de pan hasta que estén doradas, se reservan y ahí mismo se rehoga la otra cebolla picada. Cuando esté transparente se añade el tomate rallado, se sala y se deja que se haga durantes unos 15 minutos a fuego lento, luego se pone todo en el vaso de la batidora y se agrega el perejil, los dos ajos picados en crudo, el pan frito y corrige de sal. Debe quedar una salsa clara, si queda muy espesa se puede añadir un poco de caldo, agua o vino, lo que tengáis a mano hasta que la salsa quede un poco más líquida (como una crema de verduras clara, por ejemplo).

Se sacan los pimientos del horno y se añade esta salsa, se meten de nuevo en el horno durante unos 50 minutos, yo los hice a 130º, que es lento pero quedaron muy blanditos pero si no tenéis tanto tiempo podéis subirlos a 180º porque como la carne ya está hecha solo debe terminar de hacerse el pimiento y en unos 35 minutos ya deberían estar listos.

19/06/2012

Costillas de cerdo en salsa verde mexicana

En México hay un tipo de tomate verde, que no es que no haya madurado, sino que es así, le dicen tomate o tomate verde o  tomatillo y tiene una membrana alrededor. Al tomate que aquí en España conocemos le dicen jitomate. Con este tomate verde se hace una salsa (verde, obvio!) con la que se cocinan varios platos, los tacos de chicharrones en salsa verde es uno de mis favoritos y también las costillas en salsa verde, que son las que hago hoy.
Le pido a mi carnicero que parta las costillas porque luego yo en casa no puedo, es lo bueno de hacer la compra en un mercado-mercado, aparte de la frescura, la rotación de productos,  que el producto en general es local y que haces peticiones especiales que en otro sitio no se puede: "deshuésame un pollo, límpiame los boquerones, ¿está fresco este calamar?, ¿cómo se hace la carrillera?". En los Hipermercados no tienen ni idea de lo que están vendiendo, no da tiempo a conocer al personal por la alta rotación, ni a que conozcan al cliente, el producto se compra centralizado y no localmente...a mí no me gusta la verdad, en el Hipermercado compro solamente el aceite, la sal, esas cosas y el detergente y el gel hasta que me lance a hacer mi propio jabón que ya estoy investigando por la web y cualquier día de estos me lío y lo hago!
Una vez en casa con las costillas cortadas, se puede hacer a)la salsa casera pero como aquí no se encuentran tomatillos verdes igual hay que hacerla con los tomatillos de lata y total... o b) comprarla ya hecha. Yo lo he hecho con la salsa comprada, en Madrid hay de la marca La Costeña, que para mí es la mejor o la de Goya que es la que tenía.

  • Una pieza de costillas de cerdo si es grande y si es pequeña dos tiras.
  • Un bote de Salsa Verde.
  • Una cebolla picada.
  • Aceite para feir.
  • Sal al gusto.
  • Se acompaña con arroz blanco.
En la olla, se ponen 4 cucharadas de aceite que tapen el fondo y cuando está caliente, se fríen las costillas en tandas, para que tengan sitio y no se cuezan, hasta que estén doraditas. Según van estando, se sacan, se salan y se reservan. Cuando todas las costillas están fritas, en ese aceite se echa la cebolla picada, se sofríe lentamente y se "raspa" el fondo para sacar los jugos de la olla. Cuando la cebolla está transparente, se vuelve a echar todas las costillas, se añade el bote de salsa verde y se deja que se cocinen durante una hora u hora y media aproximadamente, hasta que las costillas están tiernas. Si lo haces en olla exprés y la cierras, no lo dejes mucho que se pueden pegar al fondo, unos 30 minutos y luego si no están que se sigan haciendo destapadas.
Cuando estén se sirven con arroz blanco.

18/06/2012

Papas a la Huancaína

Ahora que ya hace calor, apetece tomar cosas frescas, como las papas a la huancaína que se sirven frías y se puede ajustar el picor al gusto de los comensales. En las recetas tradicionales peruanas hablan de 5 o 6 ajíes amarillos pero cuando las hago en casa como mucho pongo 2 ó 3 porque si pongo más sólo lo puedo comer yo. Esta receta es para unas 6-8 personas pero si después sobrara salsa se puede utilizar en los dos o tres días siguientes con otras verduras, por ejemplo con coliflor está muy rica. O se puede usar en sandwiches o bocadillos (de jamón, vegetal...).

  • Cocer patatas de tamaño parecido, a razón de una grande por persona o dos si fueran muy pequeñas, con su piel, vigilando que no se hagan en exceso pero que tampoco queden enteras.
  • Un queso fresco latino (yo usé "Sabor de casa"). Si no encuentras donde vivas, no es lo ideal pero puedes usar algún queso blanco tipo de Burgos pero tendrás que añadir más sal y menos líquido porque es más soso y su textura es más blanda. 
  • 3 ud. de ají amarillo, yo usé congelado de marca Goya se encuentra en las tiendas latinas y chinas, si tienes dudas pregúntame.
  • 6 ud. de galletas Saltín tradicional o cualquier galleta de soda o craker que encuentres. Si no hay galletas de soda se puede hacer también con miga de pan, es para que la salsa espese. Por ejemplo una rebanada de pan de molde sin corteza o si la quieres más espesa o más cantidad pues más rebanadas.
  • Una lata de leche evaporada, ojo evaporada, no condensada. Yo uso Ideal o Carnation, se encuentran en cualquier supermercado, pero si no encuentras puedes sustituirla por una mezcla de nata líquida ligera y leche normal hasta los 250 cc. aproximadamente.
  • Una cebolla picada
  • Uno o dos ajos (opcional, si no gusta el ajo pues no lo pones y no pasa nada)
  • Media cucharadita de cúrcuma o palillo, es para dar un color más amarillo, pero igual, si no hay no pasa nada, se puede obviar.
  • Sal al gusto
  • Medio vasito de aceite, usé de oliva porque es el que tengo en casa, pero si te sabe demasiado a oliva puedes poner de girasol que tiene un sabor neutro.
  • Unas aceitunas negras para decorar.
  • 2 huevos duros en rodajas para decorar.
  • Unas hojas de lechuga para decorar.
Lo primero es descongelar los ajíes durante un rato y cuando estén ya descongelados quitarles el rabillo, partirlos por la mitad y quitarles las semillas y si se puede las "venas". Esto es porque ahí es donde se concentra el picante, cuidado no tocar los ojos o la cara después porque pica mucho. Puedes usar guantes de latex para este paso y así no tocas nada.
Al mismo tiempo pon las patatas a cocer y que se vayan haciendo, tardan unos 25 minutos pero depende del tamaño.
Después en una sartén pequeña se rehoga a fuego lento la cebolla y cuando esté transparente se le añaden los ajíes cortados y el ajo picado si os gusta. Se rehoga a fuego lento durante unos minutos más, sin que tome color, se aparta y se deja templar.
En un utensilio para la batidora que sea alto, se desmenuzan el queso y las galletas, se añade la leche evaporada, la cebolla templada con el ají, se sala al gusto y se añade la cúrcuma si tuvieramos. Se bate todo hasta conseguir una consistencia como de mayonesa y se le añade el aceite en un hilillo para que vaya emulsionando.
Si está demasiado espeso se puede rectificar con un poco más de leche y de aceite. Si por el contrario quedara demasiado líquido se le añaden galletas de soda. No es exacto porque depende del tamaño de los ajíes por ejemplo y de como ligue la salsa.
Una vez hecha la salsa, la dejamos enfriar en la nevera con un film para que no tome olores y vamos pelando las papas y dejandolas que se enfrien.


Cuando ya está todo, se disponen las papas en una fuente plana, se colocan unas hojas de lechuga alrededor de las papas, se baña con parte de la salsa y el resto se pone en una salsera para quien quiera más salsa y finalmentre se decora con unas aceitunas negras y unas rodajas de huevo duro. Espectacular.