30/12/2013

Hamburguesas vegetarianas de lentejas y garbanzos

Que no porque sea casi fin de año vamos a perder la costumbre de los lunes sin carne, que además en estas fechas en las que aunque no quieras, te pasas un pelín con los turrones y los corderos, es bueno para mantener los niveles de grasaza a raya.

 
En realidad estas hamburguesas las he hecho porque me había sobrado medio bote de garbanzos cocidos, que no es que yo sea asidua pero me hicieron falta el otro día y no los tenía en remojo. Cómodos para un olvido sí son, pero no por costumbre, que todo lo que se pueda hacer en casa es más sano y más barato. Ojo, lo que se puede hacer, que los panecillos no sé cómo (por ahora, eh?)
 
Ingredientes (salen 6/8 hamburguesas)
1/2 tarro de garbanzos cocidos (200 gr. aprox.)
150 gr. de lentejas puestas en remojo y cocidas en abundante agua
1 tacita de polenta instantánea
1 huevo batido
1 pizca de perejil
1 ajo sin germen picado
aceite para freír
Un panecillo de hamburguesa por persona
Hojas de lechuga
Rodajas de tomate fresco
Pepinillos agridulces en láminas
Queso, una loncha por persona  (yo usé tipo latino que funde bien)
Y ya lo que se os ocurra: cebolla caramelizada, un trocito de queso azul, jalapeños en rodajas, pimientos morrones...

 Lo primero es poner a remojo las lentejas el día anterior y si los garbanzos no son de bote sino deshidratados, también. Al día siguiente se cuecen por separado, las lentejas con agua fría y que hiervan una media hora hasta que se prueban y están. Los garbanzos se tiene que echar en agua hirviendo abundante sin sal, igual, hasta que estén, que es más tiempo, una hora y media o dos horas, más o menos.
 
Una vez tenemos ambas legumbres blandas, se cuelan y pasan o bien por el pasapuré o bien por la batidora o cualquier otra procesadora de alimentos. De tal manera que quede un puré espeso.

 
Este puré se espesa un poco más con una tacita de polenta instantánea que previamente hemos cocido. En el paquete están las instrucciones pero es muy fácil, se hierve agua con sal y se echa la polenta en forma de lluvia, se remueve sin parar a fuego suave hasta que la consistencia sea espesa, creo que en el paquete pone un minuto. Precalentamos el horno a 90º.
  

Una vez tenemos la consistencia adecuada, salamos la mezcla, le añadimos un huevo batido, un ajo picado muy pequeño, un poco de perejil (fresco o seco) y lo mezclamos todo bien. Con esta mezcla se hacen bolas que se aplastan para conseguir las hamburguesas. Se fríen en una sartén con aceite bien caliente, se les da la vuelta con cuidado y se van reservando en la placa del horno.
 
Como ya estará el horno caliente, mientras se tuestan los panecillos, se terminan de hacer por dentro las hamburguesas.
Ahora se aprovecha para hacer los acompañamientos, lavar y picar lechuga, partir tomates, hacer láminas de pepinillos, de queso....

Y cuando los panecillos ya están tostados se monta la hamburguesa o se saca todo a la mesa y que se la monte cada uno como más le guste.
 


 

16/12/2013

Dulce de membrillo

 
En otoño llegan los membrillos y ya estamos casi en invierno y aún no había hecho dulce de membrillo y es que este otoño he estado superliada.
 
Claro, no tiene tiempo para cocinar, pensaréis...qué va justamente cocinar es lo que más he hecho, lo que no he tenido tiempo es de sentarme y escribir o de hacer fotos mientras cocino. Porque lo de hacer fotos mientras se cocina es, cuando menos, un pringue: lávate las manos, haz una foto, sigue enharinando el pescado, vuelve a lavarte las manos para hacer otra foto, cuidado con el aceite que salpica... Muchos blogs se hacen a dos manos y mientras uno cocina, el otro fotografía, pero como ese no es mi caso, que yo me lo guiso y yo me lo como (jejeje, no he podido evitarlo), estoy deseando hacer un curso de fotografía culinaria como el de Tarjeta de Embarque, pero cuando tengo tiempo me viene mal el dinero y cuando tengo la pasta lo que no tengo es tiempo, un sinvivir vaya!
 
Total que compré estos membrillos (1,99€ el kilo y el dulce de membrillo bueno a casi 15€) y me puse a hacerlos como el año pasado. El año pasado hice otra receta, pelé y despepité los membrillo y cuando se ablandaron les pasé la batidora. Este año no los he pelado sino que pensé que después de todo la pectina, que es lo que espesa el dulce de membrillo, está en las semillas y en la piel, así que los cocí en trocitos tal cual, con su piel y sus semillas y pensé en pasarlos por el pasapuré cuando estuvieran tiernos y así les quitaba la piel y las semillas de una.

Como idea no está mal, pero al ser un puré tan denso no pasaba bien por el pasapuré y había que hacer mucha fuerza, así que os animo a que los peléis y si acaso, en una muselina (un trozo de tela de algodón con la trama muy fina que sólo uséis para cocina) echéis todas las semillas y las pieles y la coloquéis echa un atadillo en la cazuela para que suelten la pectina. O sino, directamente tiráis la piel y las semillas y ya está. Es una idea para que no os salgan rozaduras en las manos como me pasó a mí con el pasapurés, pero vamos, que yo lo pude hacer y no soy la mujer forzuda.

Ingredientes
4 membrillos maduros
1 limón en zumo
del 50 al 80% del peso de los membrillos en azúcar


Se cortan los membrillos y se pesan para ver cuanto azúcar se necesita. Se van alternando capas de membrillo y capas de azúcar.

Se le pone un film y se deja que repose, de seis a doce horas, yo los dejé toda la noche, para que suelte su propio jugo el membrillo y así no tengamos que añadir nada de agua.
 
Pasado ese tiempo, hay muchísimo jugo y ponemos a hervir el membrillo con su jugo en una cazuela, primero a fuego alto hasta que empiece el hervor y luego lo podemos bajar a un fuego más suave hasta que pinchemos y esté blando, con cuidado de no pasarse porque sino se endurece.
 

Una vez que lo hemos triturado con la batidora (o con el pasapurés para quitarle las semillas, como fue mi caso), se mete en unos moldes o tarros o tuppers y a la nevera donde durará varias semanas o meses incluso, si es que no cae antes.