31/08/2013

Sorpresa de calabacín con piñones

Estos paquetitos o como les llamaron en Masterchef  "Raviolis de calabacín", eran totalmente desconocidos para mí, pero desde que los vi en la televisión, me los encuentro por todas partes. Aprovechando que me compré una mandolina, que como salen bastante caras tengo que amortizarla, me he decidido a hacer algo similar a lo que estoy viendo por ahí.
Como en casa se comen tantas verduras tengo que hacer variaciones para no aburrirnos (¿quién quiere comer un plato de verdura hervida todos los días?) y me parece que esta receta en todas sus variaciones posibles va a ser obligatoria en casa a partir de ahora.
Las he rellenado de verduras con piñones, pero igual se podrían hacer con verduras y algo de jamón serrano en taquitos, verdura con atún, verdura con carne picada...eso ya es al gusto. Hoy los hago así, otro día ya veremos. Les pega cualquier verdura: cebolleta, ajo, coliflor, setas, espinacas, acelgas...lo que sea.

Ingredientes
2 calabacines (procurad que sean rectos, sin mucha curvatura)
30 gr. de piñones
Verduras varias, yo usé:
1/2 taza de cebolla
1/2 taza de pimiento rojo picado
1/2 taza de pimiento verde picado
1/2 taza de puerro picado
1/2 taza de champiñones (ya hecho, sobra del día anterior, pero igual se puede en crudo)
1/2 taza  de repollo crudo en juliana
1/4 taza de brócoli al vapor
1 zanahoria pelada y cortada en juliana muy fina
Sal, pimienta, aceite, romero o cualquier otra hierba fresca que tengáis por la cocina
Ajonjolí para decorar

Aviso que sobró un poco de verduras del relleno, pero lo usé para mezclarlo con el cuscús y le añadí un poco de curry para que no supiera igual.

Lo primero es pelar y cortar el calabacín, supongo que sin mandolina también se puede hacer, pero hay que tener buen pulso para que quede así de fino y parejo. Los restos del calabacín que no se pudo hacer tiras igualadas, los piqué y añadí al salteado de las verduras.
Después se pasa unos segundos por la sartén con un poquito de aceite o de mantequilla, no hace falta que se haga sólo un poco para que sea manejable y se pueda manipular.
Ahora se saltean todas las verduras en un poco de aceite, primero la cebolla, el puerro y los dos tipos de pimientos y luego cuando cambien de color, todo lo demás, que se hace enseguida. Si gustan menos hechas tipo wok con el fuego alto y si os gustan más hechas lo bajáis un poco para que suelten agua. Lo último salpimentar, el romero fresco y los piñones
 Ahora ya se habrán enfriado las tiras de calabacín. Se ponen en cruz, una tira sobre la otra, centradas.
En el medio se coloca una cucharadita de mezcla y se van cerrando las tiras en orden. De tal manera que vaya quedando un paquetito y no se salga el relleno. Una vez todas las tiras están hechas, las metí en una fuente al horno, al mínimo, sólo para que no perdieran calor mientras hacía el acompañamiento.
En un cazo se pone un vaso de agua con sal a hervir. Cuando rompe el hervor, se añade una cucharada de curry y se mezcla. Inmediatamente se retira del fuego y se añade un vaso de cuscús instantáneo. Se tapa y a los tres minutos ya está listo. Se añade un chorro de aceite de oliva crudo y con un tenedor se ahueca el cuscús, se añaden las verduras que hayan sobrado. En cada plato se sirven tres o cuatro paquetitos de verduras, se espolvorean de ajonjolí y con un aro de emplatar se presenta el cuscús.

25/08/2013

Conejo con ciruelas pasas a la cerveza belga

Este plato típico de Bélgica se llama Konijn met pruimen, Conejo con ciruelas pasas, y era una de las pocas cosas que reconocía en las cartas cuando estaban solo en neerlandés. Así aprovecho y os cuento de la cerveza, que es un tema muy serio en Bélgica. En quince días hemos probado muchas cervezas, pero nos harían falta meses para probar todas sus variedades. A la vuelta a Madrid  podemos seguir comprándolas en La Maison belgue, en Santa María de la Cabeza, 42, pero que también sirve online.
 

Aunque son muy famosas, sólo hay media docena de cervezas de abadía, que son las que empezaron a fabricar los monjes cuando el agua era tan insalubre que sus congregaciones les dieron permiso para hacer y beber cerveza en lugar de agua. Ahora sólo algunas abadías trapenses siguen elaborando cerveza, entre ellas Orval, Rochefort y Chimay. Estuvimos en la de Orval, que es la única que permite el paso a sus jardines y minimuseo. También vimos el museo de la cerveza de Brujas, de la fábrica De Halve Maan (La media luna) donde se fabrica la Brugge Zost local y para colmo nos fuimos a Poperinge, al museo de lúpulo (sí, hay un museo dedicado sólo al lúpulo). Pero no sólo de cervezas de abadía vive la mujer, todas las demás fábricas también tienen cervezas exquisitas. De las más curiosas, la Hopus que probamos en Amberes, que servían la cerveza en una copa pero el fondo de la botella que tenía toda la levadura posada, lo servían aparte en un chupito. Alimento puro dicen.
 
Al lío, que me pongo a hablar de cerveza y se me va la pinza. El conejo.
 
Ingredientes

1 conejo de 1.5  kg. troceado no muy pequeño (como en octavos)
3 cebollas
3 cervezas belgas
3 cucharadas de harina
3 dientes de ajo
2 pimientas de olor (pimienta de Jamaica/allspice)
2 hojas de laurel
2 rebanadas de pan untadas de mostaza
1 trozo de panela (o 2 cucharadas de azúcar moreno)
1 ramita de romero
1 chorrito de vinagre de manzana
1 cuchara sopera de mantequilla
sal y aceite de oliva
 
Lo primero es salar los trozos de conejo y enharinarlos.
En una sartén o cazuela ponemos unas tres cucharadas de aceite y cuando está caliente sofreímos el conejo por tandas, hasta que se dore ligeramente. No hace falta que se haga en exceso, es para que los jugos se queden en el interior del conejo y quede sellado. Así:
Una vez todo el conejo está sellado, se reserva. Picamos todas las cebollas.
En una olla de fondo grueso ponemos la mantequilla y un chorrito de aceite a fuego medio, no muy caliente y  se rehoga la cebolla con una pizca de sal hasta que se pone transparente. Se añade el laurel, el romero, la pimienta y los ajos enteros. Se le da unas vueltas y se añade la panela rallada o partida en trocitos hasta que se disuelva y caramelice la cebolla.
Mientras, se deshuesan, se cortan en trozos las ciruelas pasas y se añaden.
Se deja rehogando unos minutos y se añade el conejo que teníamos reservado.

Ahora se añade la cerveza, yo usé Leffe brune, pero cada uno la que tenga a mano. Si es oscura, la salsa sale marrón, si es cerveza clara pues saldrá más clara, lógico.
La verdad es que usé 2.5 botellas y la otra mitad me la tomé yo mientras cocinaba, pero con 2 botellas también hubiera salido bien. Lo digo por si queréis usar sólo 2 y la otra os la tomáis mientras se cocina.
 
Ahora se parten dos rebanadas de pan (de hogaza, de molde o como en mi caso de pita, que es lo que había a mano), se untan con mostaza y se ponen boca abajo en el caldo.
 
Y ya no hay que hacer nada más, esperar que el pan se deshaga y la salsa espese, una hora a fuego medio-bajo, cuidando que no se pegue al fondo. Se puede hacer de un día para otro, que como todos los guisos gana, o se puede congelar. De acompañamiento: yuca frita, patacones, arroz blanco, cuscús, puré de papa...cualquier cosa que empape salsa.
 

16/08/2013

Melva en escabeche

Es raro encontrar melva en mi pescadería, por eso, cuando la vi, la compré sin dudarlo. La melva es de la familia del bonito y el atún, pero más pequeña. La que yo compré era de un kilo y pico aproximadamente, si es pequeña, de 500 gr. o así, se llama melva canutera y tiene la carne más blanquita. Como todos los pescados azules, es rico en omega 3. Al ser pequeña no tiene el problema de los túnidos grandes de acumulación de mercurio y además está de temporada ahora, de junio a octubre, con lo que está económica. Como en verano apetece poco cocinar por el calor, las hice en escabeche, como los chicharritos del otro día pero con otra receta, así se hacen una vez pero se pueden comer varios días sin necesidad de volver a cocinar. Lo primero es que el pescadero la limpie, haciendo cuatro lomos, que si son muy grandes se cortan en dos cada uno. Si el pescadero no la limpia, se puede hacer en casa, pero la verdad, es mejor si lo hace el pescadero.

Ingredientes
1 melva de un poco más de un kilo hecho lomos
dientes de ajo
hojas de laurel
granos de pimienta
clavos
romero
vinagre blanco
agua
aceite y sal
No pongo cantidades porque es un poco como guste de fuerte el escabeche y de la cantidad de pescado que se vaya a escabechar, pero en la foto se pueden ver las cantidades que utilicé yo.
 
Lo primero que se hace es salar y enharinar los trozos. después se pone en una sartén el aceite suficiente para freírlos y cuando está caliente sin humear se fríen en tandas. Se reserva la melva ya frita.

 

O bien colamos muy bien el aceite en el que hemos frito los trozos de melva o bien lo guardamos para otra fritura enharinada de pescado y utilizamos aceite nuevo. Yo usé aceite nuevo porque se había ensuciado un poco.
En la sartén limpia, con aceite nuevo, doramos ligeramente unos ajos, que apenas tomen color, le añadimos la pimienta, el clavo, el laurel y el romero y lo último el vinagre blanco. Esperamos que se caliente y añadimos un vaso de agua, calculando que tiene que cubrir luego la melva. Dejamos que rompa a hervir y añadimos la melva, con cuidado no se rompa y dejamos que hierva en ese líquido unos tres o cuatro minutos a temperatura suave.
 
Apagamos el fuego y dejamos que se enfríe, colocándolo en un bol. Cuando ya está frío lo podemos meter en la nevera, donde nos aguantará una semana aproximadamente si es que no cae antes!

 

 

 

04/08/2013

Chicharritos escabechados

¡Órale, qué lindo! ¡Chicharritos escabechados!
Parece una receta mexicana, verdad? Pues qué va, es de aquí nomás.
Los chicharritos son los chicharros pequeños, también se les llama jureles y ahora están en temporada. Hay que aprovechar cuando los alimentos están en temporada, porque es cuando alcanzan su grado máximo de sabor y su mínimo de precio debido a la abundancia. El escabeche es una forma de conservar los alimentos que cuando no había neveras en las casas, era muy útil. Ahora también es muy útil si por ejemplo tienes familia que lo mismo viene a comer que lo mismo no, esto a los que tienen hijos ya mayores que paran lo justo en casa seguro que les suena...¿Qué vienen? Pues están hechos y tan ricamente. ¿Qué no vienen? pues no pasa nada, para la cena o para mañana, o para pasado o para cuando sea que vengan, porque duran varios días (no sé hasta cuantos, a mí en tres o cuatro días ya me han desaparecido).
 
Ingredientes
chicharritos pequeños
6 dientes de ajo
3 hojas de laurel
1 cucharada de pimentón
1/2 cucharadita de granos de pimienta surtida
1/2 cucharadita de pimienta de olor (pimienta de Jamaica/allspice)
2 ó 3 guindillas
2 ó 3 clavos
Sal al gusto
Aceite
2 vasos de vinagre blanco
1 vaso de agua o hasta que los cubra
Si vas a hacer muchos chicharros (más de un kilo, por ejemplo) aumenta en proporción las especias y el vinagre.

Lo primero es descabezarlas y de paso quitar las tripas, esto a mí me lo hacen en la pescadería, pero si no, es fácil, se descabezan y sale la tripa, como si fueran boquerones. Después se lavan bien y se escurren. 
 Se salan y se enharinan ligeramente.
Se fríen por tandas en aceite bien caliente pero que no humee. Yo uso aceite de oliva virgen o virgen extra, que a diferencia del aceite de oliva simple, no ha sido extraído con métodos térmicos ni (sobre todo) químicos. Es decir, que no le han echado químicos para obtenerlo y se extrae en frío. 
 Una vez que los chicharritos están todos fritos, se reservan.
En una sartén alta o un cazo, con un dedo de aceite limpio (hay quien usa el mismo aceite de freír los chicharritos colado, pero yo prefiero uno limpio), se fríen a fuego medio los ajos, cuando van poniéndose ligeramente dorados, se añaden las guindillas, las especias y las hojas de laurel y se retiran del fuego.

 
Ahora, y fuera del fuego se añaden los dos vasos de vinagre y el pimentón, se vuelve a poner al fuego y se deja que dé un hervor de un par de minutos. El pimentón hay quien lo echa y quien no (yo misma, por ejemplo, hay veces que no le pongo), es un poco por variar. Así mismo, el vinagre si es muy fuerte, se puede sustituir uno de los dos vasos por un vaso de vino blanco. Si vemos que con un vaso de agua no vamos a cubrir los chicharritos, podemos añadir un poco más, la cosa es que queden cubiertos. Hay otra versión que mete el alimento a escabechar directamente en el cazo con el líquido y le deja dar un hervor todo junto, en este caso no lo he hecho así, al ser el chicharrito tan delicado y pequeño.
Una vez que el líquido ha dado un hervor, se echa por encima de los chicharritos que teníamos reservados. Se dejan enfriar y luego se meten en la nevera cubiertos con un film. Pasadas 12/24 horas ya se pueden comer (bueno, por poder, se pueden comer inmediatamente, pero no habrán absorbido los sabores del escabeche y es tontería) y duran en la nevera varios días, una semana o más. Con una ensalada rica se hace una cena sana y rápida.